Max Beckmann en el Museo Thyssen Bornemisza
El Museo Thyssen Bornemisza dedica su habitual exposición de otoño a Max Beckmann, uno de esos artistas poco conocidos del periodo de entreguerras que hicieron de su desdicha personal el punto de partida para una obra expresiva e intimista. Esta monografía –que podrá visitarse hasta el próximo 27 de enero– reúne más de medio centenar de piezas que hilvanan un interesante recorrido visual y psicológico a través del fratricidio centroeuropeo y del exilio de quienes, por sus convicciones, debieron huir de la barbarie.
La muestra, comisariada por Tomàs Llorens, reúne pinturas, litografías y esculturas, siguiendo un recorrido temático con el que presentar su obra en dos secciones. La primera parte cubre la etapa vivida en Alemania desde los años anteriores a la I Guerra Mundial, cuando comienza a ser reconocido públicamente, hasta el ascenso del fascismo en la década de 1930, cuando es expulsado de la escuela de arte de Frankfurt en la que daba clases y se le impide exponer sus obras en público. La segunda parte, más extensa, se dedica a los años de Ámsterdam y Estados Unidos, donde vivió tras verse obligado a abandonar Alemania, y está estructurada en torno a cuatro metáforas relacionadas con el exilio, entendido no sólo literalmente, sino como condición existencial del hombre moderno: Máscaras, centrada en la pérdida de identidad que se asocia con la circunstancia del exiliado; Babilonia eléctrica, sobre el vértigo de la ciudad moderna como capital del exilio; El largo adiós, que plantea la equivalencia entre exilio y muerte, y El mar, metáfora del infinito, su seducción y su extrañamiento.
En esta ocasión el equipo de Arte SIT es el encargado de llevar a cabo la concentración, itinerancia y dispersión del conjunto de estas piezas tanto en la sede madrileña como en CaixaForum Barcelona, donde permanecerá abierta entre el 21 de febrero y el 26 de mayo del próximo año.