El Real Museo Militar abrió al público en 1803 en el Cuartel de Monteleón por iniciativa de Manuel Godoy, ‘Príncipe de la Paz’. Desde entonces hasta ahora la institución ha contado con una existencia azarosa de la que SIT también forma parte.
A los cinco años de su apertura el inmueble fue destruido a causa del levantamiento que dio pie a la Guerra de la Independencia y, con él, la colección que contenía. Para cuando la institución volvió a abrir sus puertas lo hizo en el Palacio de Buenavista, permaneciendo allí hasta que, en 1841, se convirtió en la sede de la regencia del General Espartero. Para entonces sus colecciones se dispersaron en diferentes museos, hasta que en 1932 volvieron a reunirse bajo la denominación de Museo Histórico Militar en el Palacio del Buen Retiro, posteriormente Museo del Ejército.
A comienzos del nuevo milenio se tomó la determinación de trasladar la institución al Alcázar de Toledo bajo criterios actualizados. Esta mudanza fue desarrollada por el equipo de arte de SIT entre los años 2005 y 2010. En un lustro se transportaron más de 6.500 piezas, que fueron estudiadas individualmente a fin de disponer el mejor criterio para su movimiento, manipulación, montaje y almacenaje.
Dentro de los trabajos desarrollados en el museo cabe destacar el diseño y ejecución del almacén visitable de la colección histórica de cañones del museo. En total fueron presentados más de 200 cañones de manera que, a un mismo tiempo, estuvieran almacenados, pudieran visibilizarse por parte del público sin ningún tipo de interrupción, fueran consultados por los especialistas (pudiendo girar sobre su propio eje) y pudieran manipularse y transportarse con facilidad. Para ello el equipo técnico de SIT en su creación se tuvieron en cuenta criterios de conservación preventiva, seguridad y de exhibición.
