SIT diseña el nuevo soporte del bronce helenístico del Museo del Prado.
Hay ocasiones en que la complejidad de las restauraciones obliga a estudiar, de manera pormenorizada, las soluciones que propicien la mejor conservación de las piezas de cara al futuro. Este es el caso de la reciente intervención que el equipo del Museo Nacional del Prado ha realizado sobre el busto Demetrio I, libertador de Atenas, fechado hacia el 307 a.C. Un bronce que, por su rareza, tamaño y calidad, está considerado uno de los mejores ejemplos de escultura helena realizados a la cera perdida indirecta.
La restauración de esta cabeza colosal (de la que se piensa que en su totalidad llegaría a alcanzar los 3,50 m. de altura) consistió en un estudio del despiece de todos los fragmentos de los que se compone, retirar todos los elementos añadidos en las anteriores intervenciones que estuvieron dirigidas a recrear su volumen (elementos metálicos, resina epoxi, etc.), desmontarla y recomponerla sobre un nuevo soporte neutro en el que trabajó el equipo de I+D de SIT. En este nuevo pie cada fragmento se sostiene de manera independiente, sin que por ello su visualización sufriera ningún tipo de perjuicio. Del mismo modo, la nueva estructura dota a la escultura de mayor estabilidad y, gracias a un sistema de andas que se despliegan en la base, se ha solucionado de manera óptima su manipulación y traslado. Estos trabajos, junto a una limpieza completa de la superficie, han permitido recuperar las expresiones y calidades originales del guerrero; así como profundizar en su estudio, llegándose a observar las huellas de su creador en su interior y los resanes que se tuvieron que disponer para subsanar ciertos problemas de ejecución ya desde el origen.
Unos trabajos que pueden contemplarse durante el mes de septiembre en la muestra temporal “Demetrio Poliorcetes. Un bronce monumental helenístico recuperado” dentro del Museo del Prado.